sábado, 25 de octubre de 2008

Por qué las marcas son importantes para los clientes.


La marca era un símbolo de consistencia. Significaba calidad, cantidad y precio constantes. La imagen de la marca proyectaba y sostenía el producto.

En la actualidad, todo esto es completamente diferente y las marcas se han convertido en el elemento dominante. Aunque las marcas siguen girando en torno a la imagen, ya no proyectan sólo su imagen, sino también la nuestra.

El branding es el que nos permite definirnos en unos términos perceptibles e inmediatamente comprensibles ante quienes nos rodean. Tiene que ver con la participación y la asociación. Se ha extendido a la educación, los deportes, la moda, las artes...ahora es casi imposible medir su influencia social y cultural.

En nuestro tiempo, las marcas están por todos lados, nos gustan y son los consumidores quienes deciden qué marcas triunfan y cuáles fracasan. Hemos llegado a un punto en que las marcas las controlamos nosotros mismos.

En el mayor de los casos, el poder de las marcas no deriva de lo que son, sino de lo que representan. Pero todavía quedan marcas, como Visa, que la función domina sobre el simbolismo. Se ha convertido en una de las pocas marcas indispensables sin las que es imposible vivir.

Muchas de las grandes marcas son como la plastilina, se pueden moldear, retorcer y deformar de todas las maneras imaginables, y seguir siendo reconocibles.Las marcas que más triunfan pueden aprovechar el origen y las características nacionales de sus productos o no tenerlos en cuenta. Pero sobre todo, tienen un contenido emocional inmenso e inspiran lealtad por encima de la razón.

La fidelidad a las marcas parece haberse convertido en una especie de sustituto o complemento de la creencia religiosa, como bien apunta James B. Twitchell en su libro: Lead Us Into Temptation.

Un ejemplo de marca con contenido social es el caso de Benetton. Esta marca intenta expresar con sus campañas publicitarias que es consciente del sufrimiento humano. Otra cosa es que lo haya conseguido o no.

Los escritores actuales, también utilizan las marcas para definir un mundo de forma más rápida para crear a sus personajes. En el artículo, vemos un fragmento de una de las novelas de Saul bellow, donde el autor decide incorporar las marcas a su narrativa y darles un lugar importante y significativo.

¿Por qué las marcas impregnan el mundo entero al margen de factores como el país, la religión, el entorno social y económico o la cultura?

En un mundo donde la elección racial se ha vuelto casi imposible, las marcas representan claridad, tranquilidad, solidez, pertenencia...en conclusión, todo aquello que ayuda a los seres humanos a definirse. Las marcas representan la identidad.

En mi opinión, las marcas ocupan un papel importante, pero no como forma y límite de vida. No pienso que en todos los ámbitos nos rijamos por las marcas, lo que si que pienso es que en momentos puntales nos guste sentir que llevamos o que comemos cosas de calidad, no para lucirlas si no por el mero hecho de sentirnos mejor si nos permitimos un capricho de vez en cuando.

Mi opinión no es global, por que seguro que habrá gente que piensa que si no compra nada de marca no es nadie, o gente que por el mero hecho de no consumir marcas piensa que será más feliz que quien las consume, pero bueno, hay opiniones para todos los gustos, pero yo me quedo con quién dice que una vez al año no hace daño.

jueves, 23 de octubre de 2008

Frida Kahlo




Frida kahlo es un personaje excepcional en la historia de México;la pareja que formó con Diego Rivera fue, durante 25años, un eje sobre el que giraron importantes grupos artísticos, sociales y políticos del país en la primera mitad del siglo XX. Pero más allá de lo que significara ser esposa de Diego, Frida fue una artista que dejó su huella en la plástica nacional, y una mujer con ideas sociales de vanguardia que ejerció una fuerte influencia en su generación.
Frida cultivó con esmero su imagen. Utilizó trajes regionales, principalmente el de tehuana, que serían su sello personal,adornados con holanes, volantes y laboriosos bordados a mano. Mientras la mayoría prefería la ropa de aire cosmopolita, ella eligió un vestuario en el que con gran estilo combinaba delicadas sedas y sencillos percales, encajes o bolillos y bisutería con joyería fina.
Podemos imaginar el ritual de su arreglo cotidiano antes de disponer las labores domésticas, llevar a su esposo la comida en una canasta o sentarse a trabajar frente al caballete; la minuciosa elección de falda, blusa, rebozo, listones y joyería, trenzarse el cabello y, encima de aquella singular armonía de colores, formas y texturas, colocarse un bello tocado de flores para coronar su imagen ese día.